Al gilipollas de Marquitos le pilló el apagón en el ascensor
Era un lunes por la tarde, y el edificio de la calle del Sol estaba más vivo que nunca. La gente salía y entraba, creando un constante murmullo de risas y conversaciones. Pero, como siempre, ahí estaba Marquitos, un tipo simpático pero un poco despistado, que se creía el rey del mundo con su cháchara incontenible. Era el tipo de persona que podía hacer reír a nadie y, al mismo tiempo, causar una ligera molestia con su forma de ser.
Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.
lunes, 28 de abril de 2025
MARQUITOS
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