Yo puedo poner a caer de un burro a quienes tengo ojeriza, en la intimidad, pero no puedo expresar esos mismos deseos aquí y plasmarlos, amparándome en la libertad de expresión, porque en primer lugar, me los censuran y de no ser así, son posible innumerables situaciones que no ha previsto esa misma libertad. No basta con decir que "yo no compraré ese libro". Aunque tampoco puedes emplear un plagio para obtener un premio literario, y eso ocurrió. Conciencia o sin ciencia.
Mi falta de simpatía hacia ciertas personas hace que las vea como candidatas a reunirse con su creador sin pérdida de tiempo, como autodefensa. Y en algunos casos, es una necesidad. Para salvaguardar mi propia seguridad y la de quienes me rodean que somos millones. A esos, matarile sin piedad; a lo sumo, la que sienten ell@s hacia los demás.