Tras una vida laboral en la cual me tocó de todo, vuelvo a los orígenes: hacer la comida, limpiar la cocina y sobre todo, que se desprecie mi trabajo. Antes y después. A eso he llegado tras sesenta años rodando por el mundo. Y estoy hasta los cojones: de comidas, de limpieza y de ser un pelele ¿Y luego hablan de machismo? Ya les daría yo para que aprendieran lo que cuesta un peine. ¿Machista? No, gilipollas.
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