Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 4 de abril de 2020

NO ES LO MISMO

Acabo de ver a  Jennifer Aniston y Brad Pitt y me viene a la cabeza una idea que no por descabellada puede ser irreal. Y hablo desde la perspectiva del hombre, la cual puede ser equivalente desde una óptica femenina.


Esas mujeres con una figura maravillosa, una cara imposible de superar, unos labios de fresa enloquecedores, pienso en Taylor Swift, en fin una mujer diez y pico, ¿realmente puede ser sinónimo de felicidad en todos los aspectos? Siendo realistas sin ser morbosos ¿pueden ser ideales para un buen polvo, teniendo en cuenta que eso no va de eyacular rápidamente y yastá? ¿y si son más frías que un témpano de hielo, al cual es imposible extraerle ni siquiera una gota de agua?

Ya no hablo de lo caprichosas o déspotas que, según cuentan, son estas divas. Y del mismo modo que el hábito no hace al monje, ellas/os lo más probable es que acostumbradas al halago y la lisonja, acaben convirtiéndose en déspotas, nada ilustradas/os. Hemos visto en los periódicos las exigencias insoportables de estas gentes; caprichos intolerables, tanto para las gentes nacidas de polvos regios como de fecundados en un ribazo.

La inmensa mayoría de ellas/os, proceden de hogares humildes, pero cuando son encumbrados por la fama, cualquiera que sea el campo en el cual desarrollen su actividad, se convierten en pequeños o grandes tiranos, creídos de que por ser vos quien sois, debe el resto reverenciarles y ser escabel a sus pies.

De cualquier forma, hagamos como la zorra con las uvas, están verdes. Pero qué buenas están/estaban. No me extraña que algunas viendo lo que fueron y lo son, enloquezcan o casi. Pero eso nos pasa a todos; hemos pasado de señalar las doce a no movernos de las seis. Ajo, agua y resina. Pero la vista, sigue dándonos pequeños placeres.

No es lo mismo la jalea real que la miel, pero también es muy dulce y muy rica, a pesar de los picotazos de las abejas.

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