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viernes, 15 de agosto de 2025

LA GALLINA MARCELINA

 Quienes de niños escuchamos las aventuras de la gallina Marcelina a través de la radio, nos gustaría saber cual es su modus vivendi actual. Y he aquí el resultado. Las nuevas aventuras de Marcelina, la gallina influencer.

Había una vez, en un gallinero moderno y sofisticado, una gallina llamada Marcelina. Esta no era una gallina común; no les contaba historias a sus pollitos ni pasaba el día picoteando granos en el suelo. ¡No! Marcelina era una auténtica influencer, con más seguidores que muchos humanos en Instagram.

Desde que se compró un smartphone (de esos que se adaptan a las patas), empezó a hacer publicaciones sobre su vida en el gallinero. Subía fotos de sus desayunos de maíz gourmet, selfies con sus amigas las patitas y, cómo no, tutoriales de moda avícola. “¿Cómo llevar el plumaje al siguiente nivel?” era su serie favorita, donde mostraba cómo combinar plumas coloridas con accesorios brillantes.

Un día, mientras grababa un video de "Cómo poner huevos frescos” con un fondo musical de moda, ocurrió algo inesperado. La gallina Lola, otra de las residentes del gallinero, decidió que también quería ser famosa. Así que, con gran entusiasmo, se puso un par de gafas de sol y apareció en el video de Marcelina interrumpiendo toda la grabación.

“¡Chicas, chicas! ¿Por qué solo ustedes dos? ¡Yo también puedo lucir fabulosa!” exclamó Lola, tratando de robar cámara.

Marcelina, rápida como un rayo, le respondió: “Claro que sí, pero necesitas más que gafas. ¡Prepárate para un makeover de plumas!”

Así fue como Lola se convirtió en la nueva estrella del gallinero, pero con un pequeño inconveniente. Al usar demasiado spray para fijar sus plumas, se acabó pareciendo más a un pavo real en lugar de una gallina. Los demás animales del corral no podían parar de reír. “¡Mira, ahí viene el ave del paraíso!” decían entre carcajadas.

Lola, enfadada, decidió que necesitaba un revés de imagen. “Voy a ser la gallina más auténtica de todas”, proclamó. Y así fue como se deshizo del spray y comenzó a lucir sus plumas naturales. Sin embargo, antes de que pudiera disfrutar de su nuevo look, un gallo llamado Ramón se interesó en su auténtica belleza. Pero, claro, Ramón tenía su propia agenda: ser el gallo más popular del corral. ¡El colmo del drama aviar!

Mientras tanto, Marcelina aprovechó la situación y lanzó una serie de publicaciones titulado “El amor entre plumas”. Las fotos de Ramón intentando conquistar a Lola —con poses ridículas y canciones románticas de fondo— hicieron que su número de seguidores se disparara. “¡Oh, mira esa mirada! ¡Es puro amor!”, comentaban sus fans.

Al final, todo quedó en una divertida competición entre Lola y Ramón por convertirse en la pareja del año en el gallinero. Y aunque siguen las risas y las ocurrencias, todos saben que lo mejor en la vida de una gallina es disfrutar de cada momento… aunque a veces haya que reírse de uno mismo.

Desde entonces, Marcelina no solo ganó fama por sus posts, sino también por ser la mejor mediadora de conflictos aviares. “Recuerden, ¡hay suficiente espacio en el gallinero para todas las estrellas!”, solía decir con una sonrisa, mientras ajustaba su sombrero de paja.

Y así, en un gallinero lleno de risas y plumas voladoras, Marcelina, Lola y Ramón continuaron viviendo aventuras dignas de cualquier historia de internet, siempre listas para sorprender a sus seguidores con nuevos episodios de la vida diaria avícola. ¡Y claro, con un toque de humor en cada paso! 

¡Lo que faltaba!  Las redes de tara2 mentales arrasando el gallinero y a los pollitos ¡qué les den!

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